ÄNEA
Símbolo: Dos Soles.
Alineamiento: Neutral Autentico.
Arma predilecta: Báculo.
Dominios: Viaje, Sol, Agua, Naturaleza, Tierra, Curación.
Principales Seguidores: Druidas y Exploradores.
Cuando Eternia fue creada y sus luces descendieron a ella para llenarla de vida, en su interior, en el centro de todo eje, nació en ella su propio corazón vivo y latente, que le insufló vida. Aquella semilla divina que plantó El único germinó y dio como fruto lo que los eternianos conocen y han bautizado como Änea, "La madre".
Änea es todo lo que conforma Eternia, los ríos, los árboles, las montañas, los animales, etc. Sus siervos suelen congregarse en concilios en los claros de los bosques para orar al alba, esto es así, porque a lo largo de los años, en Eternia ha corrido el rumor de que en los días más claros, en las mañanas más calidas en los claros de los bosques se ha visto cantar y danzar a una hermosa mujer semejante a una fata de tamaño humanoide rodeada de pequeñas hadas que jugueteaban a su alrededor. Siempre que se ha visto descubierta, esta ha desaparecido rápidamente, aunque el eco de su melodía ha continuado por breves segundos, confundida y arrullada por el clamor del viento soplar entre los árboles o el tintinear de la cascada incansable de un riachuelo.
La madre es la protectora del equilibrio y como todo equilibrio este se presenta delicado y frágil, dispuesto a sucumbir a un lado u otro debido a las presiones constantes a las que se ve sometida su tierra por la singular y eterna lucha que mantiene el Panteón, Balior y Éberon, y el deseos de unos enfrentados a los de otros.
Pero La Madre se mantiene al margen, pues su fuerza reside en el amor infinito que siente por su tierra y sus hijos mortales que necesitan de ella para vivir y respirar.